Los principales problemas cardíacos que puede sufrir un perro son la insuficiencia cardíaca y la hipertensión. En ambos casos, las causas no están del todo claras, pero podrían deberse a una predisposición genética o a un curso natural de la vida (a menos que sean genéticas, casi siempre aparecen en perros de edad avanzada). Las dietas específicas para tratar a un perro con problemas cardíacos deben acordarse con su veterinario. Los suplementos, por otra parte, pueden utilizarse para mantener el buen funcionamiento del sistema circulatorio tanto si se trata de un cachorro como de un perro adulto.